Poeta nacido en la ciudad de Formosa en el año 1981. Es estudiante de Psicopedagogía en la Universidad Nacional de Formosa. Integró la antología “Espacio literario” de la editorial “De los Cuatro Vientos” en el año 2006. Además ganó el primer premio de Narrativa en el concurso “Décimo aniversario del Banco de Formosa” en el año 2007. Forma parte del grupo literario independiente “Alquímico”.
ENSEÑADO
Las deambulantes estrofas llevan luz,
yo las sigo furtivo, desde lejos.
Van asustando
con sus antiguos sustos,
embriagadas, mal vestidas,
por sus miedos mas infantes.
La encabeza un alma niña
que en sus pequeñas manos
cuida un candil de lánguida luz,
de pálido verso
de rápido eco, de pelos mojados.
Tengo miedo
de andar solo en esta noche,
y aunque a ellos quiero unirme
temo acercarme a esa grey
a sus ojos lagrimosos, que pesan en mi pasado
¿si se burlan?, ¿si me gritan?, ¿si me hieren?
¿si rechazan mi estatura?,
¿si no puedo caminar junto a sus pasos pequeños?
¿si éstas mis largas piernas le recuerdan sus heridas?
¿si me odian?
Son muchos y yo viejo.
Se me alambra el corazón,
pero es tarde por el frío
que ennegrece la blancura,
de mi traje.
Me atraganta un gran silencio
hacen ruido mis arrugas
con el viento
las sostengo con soberbia,
con desprecio hacia la luna
y en mi estómago de agua;
llevo truenos,
frente a mis ojos gastados,
traigo vidrios,
en mi garganta de trapo,
suenan huellas maltratantes.
en mi memoria salada,
unos lozanos fantasmas
que fui ayer.
Sobre mis brazos,
raíces de sangre añeja y sucia
por la impaciencia del humo.
El pilar de mis espaldas cruje amarillo, desconsolado,
cuando un pequeño me alcanza
y abre mi pecho gigante.
Mientras sangro,
me traspasa la verdad, que es del ayer;
sin mi permiso no hablaban,
ahora
hablan cuando quieren.
ETARIO
“Por la mañana, que nos depara
la ilusión de un principio...”
Jorge L. Borges
Como he caído
caeré después y siempre
bajo la luz oscura y transparente
del tiempo todopoderoso y antiguo
y todavía por venir al mismo tiempo.
Tal vez me baste la felicidad de mi tristeza
para buscar la dicha
en los días desconocidos que me quedan,
no entre las horas disueltas de mi ayer
no en los años en que he sido otro
o numerosos otros que hoy ya no soy
y que nunca más seré.
Existe un dolor misterioso al que ya no temo
cuando me dejo atrapar por la furia
del dogma atroz de plazos artificiales
que van juzgando mis pasos
que me miden de punta a punta
cada tanto.
Aunque de a ratos renuncie al descanso
encuentro al pasado que se dilata veloz
y en lo que fue
y es ahora para siempre
se erige el anuncio verdadero y cierto de la muerte.
Ya decido mi lugar
no en la palabra tiempo
sólo en la trama imprecisa y vital del sacrificio,
para lograr lo que espero y sé querer
por lo que me muero
hasta en mis sueños...
L I M B U S
Oscurísimo jardín
si ignoras la primavera
no te rías,
no me arranques el no sé
con tus ramas tan resecas
con los tallos de tu tierra.
No me insultes
no me asustes.
Oscurísimo jardín
ya conoces el misterio,
habla entonces
di tus cosas
con tu canto de amargura
con las grietas de tu altura
diviérteme
sorpréndeme.
Oscurísimo jardín
por la muerte,
yo te escucho
no te vayas
mejor sufre
con la ausencia de la luz
conmigo y sin mi sonrisa.
Oscurísimo jardín
no hay colores
no me importa
no te alegres
no te arregles
con lo que sobra de gracia
con el consuelo que queda
conmigo y sin mi esperanza.
Oscuro sueño del frío
mi oscurísimo jardín
descansa
que te hace falta
por lo que queda adelante
por todo lo que anduviste
sin la suerte,
conmigo y no lo sabías.
VULGARABUZO
¿Es cierto lo que dices?
Que a las torres no las hacen los hombres
que las siembran, y crecen
y que sólo después son altas así como esta
en la que estamos yo, mi vida, mi soledad
y este viento fresco
y vos;
que pensás que te conozco
Ciertamente me cuesta ese tu sí…
pues estoy o quise estar aquí arriba
en silenciosa tristeza enlagrimándome al menos,
un rato más.
Pero está bien,
ahora siento que lo que profetizas
a este mi espíritu es algo espantoso;
“Todas las torres se marchitarán
y se secarán y en todo el universo
jamás crecerá una sola otra vez”…
Truncar el cumplimiento de esa profecía;
es también una locura.
Con tanta sobriedad me dices que un alguien,
o yo, con mi sangre allá abajo sobre el suelo,
en una parte de la dignidad sosteniente
podré salvar
de este peligro, esta tarde
a estas tan hermosas torres.
¿Que si quiero?
¡No quiero morir!
pero es tan necesario
que el mundo hasta el cielo tenga torres.
que sea por ello,
cierro mis ojos y sé
que desacertadamente se dirá; ¡se suicidó el pobre!...
aunque no sea cierto.
Que ya voy,
te ruego me perdones.
Brinco ahora sin saber porque ha sido a mí
a quien has encomendado este salto,
este salto…
28/9/08
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